¿Cómo construir una marca que atraiga al público joven?

Es una realidad que los hábitos de los consumidores han cambiado debido al auge del comercio electrónico y las redes sociales. Aun así, no todas las generaciones se han adaptado de la misma manera a las nuevas tecnologías: mientras que los baby boomers suelen preferir el marketing tradicional, el boca a boca y los anuncios de televisión y radio, los millenials, por su parte, confían en Internet para tomar la mayoría de sus decisiones de compra. De esta forma, los consumidores de la Generación Z, que han nacido y crecido en la era de las redes sociales, siguen los pasos de sus predecesores inmediatos, con un énfasis aún mayor en los formatos omnicanales, los formatos visuales y las plataformas sociales.

Así, a continuación, reunimos cuatro consejos para conectar con las generaciones más jóvenes a través de una marca sólida y cohesionada:

1. Diseñar un logotipo atractivo. Este es el primer paso para lograr una imagen con un aspecto unificado y profesional. El logotipo tiene que atraer a los consumidores y conseguir transmitirles la cultura de la organización. Su diseño no tiene por qué incluir numerosos datos acerca de la propia empresa, pero sí debe ser fácil de relacionar con la actividad de la misma.
2. Diferenciar entre unificado y uniforme. Para lograr un aspecto unificado, los retailers deben crear su propia guía de estilo, la cual hará que todos sus materiales, desde las tarjetas de visita hasta el packaging de sus productos, parezcan cohesionados.
3. Conecta con tus audiencias. El aspecto de una marca no se trata solo de elementos visuales; sino que también es clave la personalidad de la empresa y la de sus empleados y los valores que defienden. Para que esta esté alineada con el público que se quiere atraer, es fundamental conocer a fondo a sus clientes y asegurar que su propuesta de valor está alineada con ellos. Un tono de voz cercano ayudará a que las nuevas generaciones confíen en la marca y las animará a repetir su compra.
4. Contar una historia única. Mientras que la voz de la marca da forma al “qué” y al “cómo” de la organización, la historia de la marca debe proporcionar el “por qué”. Un propósito de marca claro y bien articulado conecta a los clientes con la empresa a un nivel emocional. Así, este no sólo da a los clientes algo que comprar; sino que les da algo en lo que creer, lo cual es muy relevante para los consumidores más jóvenes.

Para atraer a los consumidores millenials y de la generación Z, las marcas deben vender un sentimiento, una personalidad, un ambiente o incluso un estilo de vida. Para establecer un verdadero vínculo con estos clientes potenciales, la historia de la organización debe permitir una conexión más allá de la compra en sí, del “ahora”. De esta manera, es fundamental mostrar que la marca puede satisfacer necesidades tras la venta inmediata. Cuando se ha conseguido el branding adecuado, es más probable que la relación con el cliente perdure en el futuro.