Cómo plantear una buena estrategia de Retail Marketing

El Retail Marketing se puede definir como aquel tipo de marketing que tiene lugar en el establecimiento y cuyo objetivo es conseguir que los clientes queden satisfechos con sus compras a través de estrategias a largo y corto plazo.  

El 80% de los consumidores decide su compra en la propia tienda.  Por ello es relevante crear el mejor ambiente y experiencia posible para que esto ocurra en nuestro establecimiento y no en la competencia. 

Pero ¿Cómo conseguimos que nuestra estrategia sea exitosa? Para ello, es muy importante tener en cuenta en qué consiste este tipo de acciones, de esta manera, podremos asentar las bases correctas para obtener los mejores resultados posibles. En esta línea, pueden resaltarse cuatro características básicas para entender mejor este concepto, conocidas como las 4R del Retail Marketing:

1. Relación: los clientes precisan comunicación, tanto vía personal como vía online. Una buena herramienta para ello son las redes sociales. Es necesario crear un vínculo entre la empresa y el cliente, una campaña publicitaria que llame la atención del consumidor y situé a nuestra tienda en el top of the mind de los clientes y a su vez atrayendo a nuevos.
2. Relevancia: consiste en provocar que el consumidor elija tu negocio antes que cualquier otro. Para ello, debemos estimular todos los sentidos del target y de esta forma llamar su atención. Un aspecto para tener en cuenta es el visual merchandising, es decir, crear la necesidad de que un cliente vea un producto y lo compre, aunque no lo necesite. Lo conseguiremos ofreciendo el producto de una forma visual atractiva que llame la atención. 
3. Recompensa: al cliente final le gusta sentirse premiado. Existen varias formas de conseguirlo, mediante cupones, programas de puntos e incluso los sorteos a través de las redes sociales. Estas acciones son necesarias para ganar notoriedad frente a otras marcas, fidelizar clientes y atraer nuevos. 
4. Reducción de gastos: La última R del retail marketing se aplica a los factores que reducen el esfuerzo del cliente al llevar a cabo sus compras. Ejemplos de ello son una mejor accesibilidad, una forma más fácil de pago e incluso el servicio de compra a domicilio. 

Una vez se tengan claro estas premisas, podremos crear un plan de Retail Marketing que se adapte a las necesidades tanto de nuestro negocio como de los clientes. En definitiva, teniendo en cuenta estas cuatro características, junto con un buen estudio de mercado, podemos llamar la atención del cliente final, fidelizarle, y provocar que prefiera nuestro negocio frente a la competencia. Además, se podrá ampliar visibilidad, conseguir nuevas oportunidades y potenciar el crecimiento de la marca.